POR: Benjamín Ustoa
La visita de la presidenta Claudia Sheinbaum a San Luis Potosí este 24 de mayo dejó mucho más que promesas de infraestructura. Entre anuncios de aeropuertos, trenes, carreteras y millones de pesos en inversión hídrica, lo que realmente se leyó entre líneas fue un mensaje político con destinatario claro: Ricardo Gallardo y su partido, el PVEM.
Aunque la gira se desarrolló en un tono cordial, con discursos de apoyo mutuo, lo que resonó en los círculos políticos fue el subtexto. Porque está en el ambiente la proyección de fuerza y continuidad del Partido Verde, mientras la presidenta Sheinbaum ha sido contundente en algo: su rechazo al nepotismo político.
Ese guiño indirecto pero firme sigue dejando en el aire varias preguntas ¿Está Morena dispuesta a ceder la candidatura en SLP al PVEM? ¿Está dispuesto el Verde a ceder su hegemonía política a Morena en SLP? ¿Fue esta visita una visita para empezar a marcar límites?
El PVEM en San Luis tiene el control, pero no necesariamente la confianza plena de los liderazgos de Morena. La 4T exige lealtad ideológica, no solo votos. Y en el ajedrez político del sexenio, San Luis Potosí se vuelve un estado clave por su ubicación, su potencial industrial y, claro, su valor electoral, pero todo ello, es producto del trabajo de Ricardo Gallardo
Mientras tanto, los potosinos siguen esperando resultados tangibles: agua, salud, movilidad. La presidenta prometió obras y trabajo en Salud Pública, donde la ciudadanía es escéptica, necesita hechos a la brevedad.
El discurso fue de unidad. Pero los alfileres están a la vista.
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